viernes, 26 de junio de 2009

RANCHO EL PENTAGONO

FOTOS: Néstor Escamilla
Dr. Carlos Tamayo Cárdenas: El sistema que imprime en la selección de sus vientres es muy rígido.

Por Néstor Escamilla

De pie, casi rozando el cerco eléctrico de uno de sus potreros, Carlos Fernando Tamayo Cárdenas observa con devoción a sus cuatro vacas Brahman donadoras que seleccionó con tanto entusiasmo para usarlas en sus programas de Transferencia de Embriones en sus ranchos “Las Nieves” y “El Pentágono”.

Y aunque él se define como un pequeño criador, no vacila en afirmar que también es un gran seleccionador de ganado que trabaja en base a vientres probados para presionar en la calidad genética de sus hatos mediante una rigurosa planeación de sus programas de cría, una cuidadosa selección de sus toros y al uso de la mejor genética disponible en el mercado.
Rodeado de crías de distintas camadas, de diferentes vacas y líneas de sangre, que forman parte de su núcleo, confiesa que su debilidad es el mejoramiento genético y no escatima palabras para referirse a sus proyectos a corto, mediano y largo plazo.


Alto, delgado él, franco, directo, peinado tipo militar, dueño de un carácter recio y de una particular forma de decir las cosas, Tamayo Cárdenas sostiene que el sistema que imprime en la selección de sus vientres es muy rígido en el que prefiere vacas fértiles y longevas mientras que las que no conciben o que tienen dificultad en los partos o lactancias son eliminadas del hato y se mandan al rastro.



En “El Pentágono”, de pequeños pasos avanza lentamente entre el Costa Bermuda y observa complacido la mansedumbre de su ganado. Las hembras son tan dóciles que se le hace fácil caminar entre estos ejemplares altos, largos, de mucha carne y hueso, caderas anchas, blancas gibas y curiosos becerros sin temor alguno.

En sus ranchos maneja un hato de 160 vientres, que en breve piensa reducir con la finalidad de obtener la mayor calidad genética posible con mejores becerras.
Para lograrlo, hace cinco años, recurrió al apoyo del especialista Víctor Di Bella con el que inició de inmediato un agresivo programa de Transferencia embrionaria con la finalidad de lograr a mediano plazo de 80 a 100 gestaciones por año, depurar la genética de sus hatos y trabajar en forma extensiva sólo con el uso de vientres probados.



Hasta el 2004 Tamayo había utilizado la Inseminación Artificial con material de los propios toros del rancho que son ejemplares sobresalientes que han ocupado los primeros lugares por varios años a nivel nacional y a los que se les practicaba previamente la prueba de fertilidad.

“Comencé los programas de Inseminación Artificial hace muchos años, pero ahora mi encargado Jorge Moreno se ocupa de la detección de calores, de la sincronización y súper ovulación de las hembras, que es muy importante en cualquier finca”, explica orgulloso mientras estira la mano para recibir una lengüetada de una donadora de 8 años que compró en Dreem Ranch.
Esta es la clase de ganado que está criando, y para decir verdad esa es la clase de ganado que su padre don Luis Humberto Tamayo Mendoza no quisiera de otra manera.

Y es que desde 1975 don Luis Humberto empezó a acumular semen y toros de Hudguins que compró en Estados Unidos mismos que hasta la fecha han sido las sangres que mejores resultados le han dado, tanto en rendimientos como en resultados en pista.

Hasta ahora “El Pentágono” está ayudando a mejorar los hatos criollos de todo el país, durante 25 años, ganaderos de Chiapas, Michoacán, Jalisco, Chihuahua, Tabasco, San Luis Potosí, Veracruz, Puebla, Zacatecas, Estado de México, Guerrero y Tamaulipas que han adquirido su genética.

“Sé la dificultad para vender en los programas de “Mejoramiento Genético” pero cuando se producen becerros de sobreprecio hay menos clientes, pero son pagados de contado, batallas menos para venderlos porque son becerros de mayor selección que los toros normales comerciales”.

Este criador refiere que vende más fácil los toros buenos, las hembras buenas en mucho mejor precio que el ganado de genética comercial “sobre todo por la calidad de la madre y del padre de lo que estás ofertando”, agrega.

Con la genética acumula su proyecto a corto plazo es empezar a lavar unas becerras que mantienen en sociedad en Estados Unidos y a importar embriones porque la inseminación artificial, la transferencia embrionaria y la fertilización in vitro es la única manera de mejorar como se hace actualmente en la Unión Americana, Colombia y Brasil.

Entusiasmado con el tema gesticula y aclara que la ganadería tradicional ya pasó de moda por lo que en estos tiempos se debe ser más agresivo en genética. Su vaca importada ha producido 16 crías, dos por monta natural y catorce por transferencia embrionaria y ha producido una Gran Campeona de la Raza y toros de 5 y 8 mil dólares, becerros de sobreprecio y actualmente tiene 10 preñeces de esa vaca.

“No es posible que los productores de ganado fino no quieran invertir en genética cuando con dos toros y medio del “Programa de Mejoramiento Genético” se pueden comprar un becerro de 40 mil ó 50 mil pesos y más todavía cuando ellos venden toros de 18 ó 20 mil pesos”.

Sabe que es de primordial importancia adquirir buen semen y buenos toros para producir buen ganado de registro “porque es muy bonito cuando vas creciendo al dejar hembras, pero no todas las hembras son aptas para reproducción, no tienen desarrollo ni tienen ganancia de peso y eso hay que desecharlo”.

Y aunque asegura que las actuales circunstancias económicas han propiciado que los criadores vendan su ganado a muy buenos precios eso les impiden crecer, pero cuando compran a precios extraordinarios como él lo ha estado logrando selecciona más vacas para seguir produciendo.

Actualmente Carlos Tamayo está utilizando varias líneas particularmente las líneas Manso Mr. Jeff Rex Jr. y Mister Jeff Rex Manso y varios toros de la línea Hudguins que es la de mayor uniformidad y pedigree que busca la gente.