Francisco Ponce Cárdenas
Ex catedrático e investigador de la UNAM - universidad nacional autónoma de México, criador de Gyr lechero desde 1978 en el rancho Jalpa municipio de Buena Vista Tomatlan, Michoacán - México.
El panorama actual en la ganadería puede ser halagador, pero es a la vez preocupante. Se piensa que en los países emergentes y densamente poblados se abrirá un buen mercado para los productos del campo; pero a la par, se sabe que el deterioro de los suelos en el mundo entero es alarmante. Se calcula que la superficie de tierra alrededor del planeta, empobrecida por las actividades agrícolas y ganaderas, es equivalente a todo el territorio de los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá juntos.
¿Cuáles son las causas? Para decirlo en pocas palabras: Cinco mil años de prácticas inadecuadas en el uso de la tierra para producir alimentos.
Pradera colombiana manejada bajo el sistema silvopastoril, com estrella de África y leucaena.
Tanto la agricultura como la ganadería son actividades muy antiguas; la agricultura nació alrededor del Trigo, y otros cereales, en lo que llamamos el Oriente cercano, en una zona muy fértil y con agua en abundancia, en las márgenes de grandes ríos, con tierras de aluvión renovadas anualmente por las crecientes. Al extenderse estas prácticas a las áreas menos favorecidas los suelos empezaron a degradarse. No es casual que en las zonas en donde el cultivo de la tierra es más antiguo, los suelos se encuentren más erosionados.
Geográficamente, estas zonas están situadas entre los paralelos 30 y 60 en el hemisferio norte; si a partir de los lugares en que se inició la agricultura nos desplazamos a lo largo estos paralelos en la dirección este-oeste, nos encontraremos con condiciones climáticas muy similares dentro de esta franja al rededor de todo el mundo.
Pradera de la región del tropico mexicano agotada por el sobrepastoreo, y además explotada por ganado con demasiada sangre europeo para la región.
Históricamente los países que han creado mayor riqueza: Fenicios, Egipcios, Griegos, Romanos, los países en las riveras del Mediterráneo; los de el norte de Europa, y finalmente Norteamérica, fueron, o son países situados a lo largo de esta franja, que compartiendo una cultura similar, y condiciones climáticas parecidas, no tuvieron mayores dificultades para intercambiar tecnologías desarrolladas en cualquiera de los países de esta zona.
¿Qué pasa en la dirección norte-sur? En esta dirección todo cambia drásticamente; conforme se avanza hacia el sur a partir del Trópico de Cáncer: aumenta le temperatura y esta es más estable, cambia la precipitación pluvial a lo largo del año, los procesos fisicoquímicos se dan con mayor rapidez en este clima más cálido; desgraciadamente también el deterioro de los suelos es más rápido y las tecnologías desarrolladas en los países más al norte no siempre funcionan en el mundo tropical y a veces producen un daño mayor a la naturaleza que en los países de origen. Las altas temperaturas favorecen el proliferación de enfermedades que debilitan a la población humana cuando carece de medicamentos, tampoco es casual, que los países situados en la zona intertropical estén menos desarrollados, pues ha sido más difícil sobreponerse a estas condiciones adversas.
Una diferencia muy marcada entre los climas tropicales y los templados es el tipo de vegetación. En el trópico la flora y la fauna es muy variada y prácticamente no existen espacios abiertos (sin árboles) como es el caso de las praderas naturales en Norteamérica y las estepas del este de Europa y de Asia y las sabanas de África, en donde se desarrolló de manera más natural la ganadería.
Para practicar la ganadería en los países tropicales se creía necesario, siguiendo modelos de fuera, despojar a la tierra totalmente de los árboles para transformar los bosques en praderas, y esta atroz práctica es la causa fundamental del empobrecimiento de la tierra tropical; pero no solamente hemos cometido este error; también, y por mucho tiempo, hemos adoptado la cría de ganado de origen europeo totalmente inadaptado al calor, y más aún, nos hemos puesto a darles granos en su alimentación (intentando igualar la producción de los países de clima templado) cuando estos son caros en relación con los precios de los productos animales en los países en vías de desarrollo, y más necesarios en la alimentación humana. ¿Resultado? Una producción mediocre y a la vez costosa, además de un desastre ecológico.
Afortunadamente, después de muchos años, esto empieza a cambiar. En los países tropicales empezamos a comprender la importancia que tienen los árboles para la conservación del suelo y por muchas otras razones; y la importancia de algunas especies de árboles que mezcladas con las praderas tienen para la alimentación del ganado. Hemos empezado por fin a desarrollar nuestras propias tecnologías adecuadas a nuestras condiciones, y espero que pronto dejemos de imitar de manera ilógica en las actividades pecuarias a los países de otras latitudes. Ya empezamos también a entender que existen razas de ganado, como las cebuinas perfectamente adaptadas a las condiciones tropicales.
Si mezclamos ciertas especies de árboles con las praderas y criamos el ganado adecuado, empezaremos a formalizar el matrimonio perfecto, y que seguramente durará muchos años, entre el sistema Silvopastoril y el ganado Cebú.
CONTINUARÁ….