viernes, 20 de marzo de 2009

LA OTRA PASIÓN DE CUAUHTÉMOC CÁRDENAS

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en el stand de su rancho “Galeana”


Criador apasionado, el Ingeniero ha sabido compaginar su vida familiar con el reto que representa el trabajar para el mejoramiento genético de sus hatos.
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Por NÉSTOR ESCAMILLA
PERIÓDICO LA RAZÓN - TAMPICO, TAM

En su stand, como lo ha hecho en innumerables ocasiones, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano admira una vez más su batería de campeones y campeonas Nelore e Indobrasil que seleccionó con tanto entusiasmo para competir en la pista de la XLV Exposición Nacional de Ganado Cebú en Altamira.

Figura emblemática de la ganadería cebuína en el país, el hijo del general Lázaro Cárdenas del Río, manifiesta su satisfacción por los banderines conquistados y no vacila en afirmar que prefiere estas razas por su funcionalidad, rusticidad, conformación, su apa- riencia vigorosa y su comportamiento en potrero.

Propietario del rancho “Galeana”, un criadero ubicado en Apatzingán Michoacán, el Ingeniero Cárdenas ha sabido compaginar su vida familiar con el reto que representa el trabajar para el mejoramiento genético de sus hatos.

Atento, amable, puesto y dispuesto para la entrevista no para, camina para un lado y para el otro, habla de lo que le pidan, se mete en los vericuetos de la conversación y, con su característico estilo de llamar las cosas por su nombre, responde a bote pronto todos los cuestionamientos del reportero, mientras avanza con pasos lentos y el cuerpo encorvado por entre su ganado.
En la entrevista confiesa que su debilidad es el cebú y no escatima palabras para referirse a sus inicios como criador.

Su padre el presidente Lázaro Cárdenas – 1934-1940- fue un promotor entusiasta, consciente que la ganadería cebuína era la mejor opción para las zonas tropicales y áridas del país. Los primeros lotes que compró el General Cárdenas tuvieron que ver con la primera importación que llegó de Brasil a Tampico en 1923.

Su padre cumplía en 1925 una misión militar en la Huasteca y fue como entró en contacto con el ganado cebú que después llevó a su rancho “Galeana”, donde moldeó el rumbo de su vacada. El calor es sofocante, pero eso no parece importarle a Cárdenas, un hombre cabal, de honestidad a toda prueba, aguantador, eficiente, bronco, de cabello lacio, orejas grandes, manos con dedos gruesos y torso amplio como un toro, que pone en práctica una de sus principales fortalezas: La de saber escuchar.

Una vez que se fraguó como criador con los hatos que fundó su padre, en 1966 inscribió su fierro en la Asociación Mexicana de Criadores de Cebú (AMCC), donde desplegó de manera intuitiva su capacidad para seleccionar los mejores toros a fin de mezclarlos con sus vacas sobresalientes. Y aunque él, con modestia, no se considera un personaje importante, la historia lo ubica como el poderoso motor del mejoramiento genético de las razas Indobrasil, Nelore y Gyr en la República Mexicana.

Sobre esos cimientos edificó su pasión por la ganadería y el hecho de viajar por todo el país para participar en las exposiciones ganaderas significó un aliciente en su vida para desarrollarse como criador.

Cuando su trabajo ganadero comenzó a formalizarse elaboró un plan estratégico de reproducción con la seriedad que merece e invirtió mayor presión de selección en sus vacas usando criterios como la genealogía del padre y madre, fenotipo, fertilidad, longevidad y comportamiento en potrero.

Con la intención de mejorar y avanzar en la calidad de sus hatos, agregó toros basileños que la Secretaría de Agricultura importó en los años 60´s, genética que comenzó a diseminar a través de la técnica de Inseminación Artificial y la Transferencia de Embriones.

“Los toros que usamos a la fecha los utilizamos para mejorar y para corregir, no hay animal perfecto y cuando se busca una característica en particular asignamos el toro adecuado para corregir y mejorar, como lo hace todo el que hace ganadería en cualquier parte”, agrega.

Desde este año empezó a acumular semen nacional y brasileña y material de los propios toros del rancho, que son toros campeones, de la mejor genética mundial disponible en el mercado para dar vida a sus mezclas, primero con Indobrasil, hace 8 años con Nelore y recientemente con Gyr.

Por ello, sólo comercializa toros probados que han dado resultados al ligarlos con su vacada y a los que se les practica previamente la prueba de fertilidad Se ha terminado la entrevista. Lucas de la Garza Tijerina que ha escuchado toda la conversación, por entre las jibas de los campeones y campeonas intercambia una mirada y con un discreto movimiento de cabeza aprueba las respuestas de Cuauhtémoc Cárdenas, quien a sus 74 años, resume el trabajo genético de esta ganadería que su padre fundó en 1923